Julia, Quiero matar a mi jefa, quiero abrazar a la mamá de Valeria
Odio a mi jefa con todas las fuerzas que se pueda sentir. Una vez más me pidió que me quedará hasta las 7 de la noche a una junta para revisar el plan del 2018. Llevo varias semanas llegando muy tarde a mi casa sin ver a mis hijos. Es una tortura. Todos me dicen que renuncie, pero me da muchas ganancias que se vuelven secundarias. Cercanía de mi casa, muy buen sueldo, me fascina lo que hago, me encanta la empresa. En fin, no está fácil.
Empezó la junta terminado a las 9:00 de la noche, y nos pidió que regresáramos al día siguiente a las siete de la mañana para terminar el plan. Pues había que enviarlo a Francia y el tiempo se terminaba para ser aprobado. Pronto mi jefa le dijo a Juan, un colega, que no era necesario llegar temprano. Se fueron todos. Nos quedamos ella y yo
Me acerqué a ella, molesta yo, le comenté que yo también necesitaba llegar tarde porque hacía muchos días que no veía a mis hijos. Me miró muy feo, movió la cabeza con desaprobación. Le cuestioné por qué dejaba que Juan llegara más tarde y a mí no. Reaccionó enfurecida y me respondió: “- Porque él es hombre, porque va ir hacer un trámite y tiene que ir a cuidar a su mamá”. Pronto respondí en un tono muy molesta, ¡¿Qué?! Y yo tengo dos hijos.
Reviró mi jefa.
“¿Para qué los tuviste. No se puede tener todo en esta vida mamita. Hubieras pensado eso antes de trabajar, no se pueden las dos cosas. Las mujeres no han entendido que no se puede ser hombre y mujer a la vez. Veme a mí, yo decidí no tener hijos para desarrollarme profesionalmente, así que no me pongas pretextos. Y si decidiste tener hijos deberías quedarte en tu casa atender a tu marido y a tus hijos.
Te voy avisando, esto se va poner más difícil, porque necesitamos revisar los planes de toda la empresa, ya que somos el mejor equipo de subdirectores y quieren que me encargue de ello. Prepárate para dormir poco y no hacer vida familiar en un muy buen tiempo. Por cierto, ya decidí que no voy a hacer nada en contra de tus compañeros ni por el robo del dinero de tu cartera ni por el acoso sexual. Yo te sugiero que ya no saques dinero en el cajero de aquí, y mantén tu distancia con los hombres y si no te gusta renuncia”. Se paró de su escritorio y se fue.
Me quedé helada, ninguna palabra pude pronunciar. No podía creer que me juntara tres hechos de injusticia en un solo momento. Estaba impactada... Se había probado el robo por las cámaras y el acoso por los correos y mensajes de teléfono y ni así quiso tomar cartas en el asunto. Me salí de la oficina comenzando a llorar a mares. Pegué con la mano muy fuerte sobre el sillón del coche, estaba desesperada y muy indignada. Por mi cabeza pasaban muchas cosas.
Quería matarla, quería ir hasta su casa, sacarla, arrastra, torturarla, hacerla sentir lo peor, humillarla. En mi mente se produjeron los sentimientos e ideas más destructivas. Desde la voy a demandar, voy a renunciar. Pronto se acercó un guardia de seguridad y me preguntó si estaba bien. Lo que me ayudó a salir de mi trance.
Pasé unos minutos y prendí las noticias como es mi costumbre para tranquilizarme, según yo. Escuché el espeluznante caso de Valeria, la niña asesinada en una pecera, cuando su papá por protegerla de la lluvia, la subió a la camioneta y él la iba siguiendo hasta que perdió de vista la combi y horas más tardes Valeria había aparecido violada y muerta "Hija asesinada en combi"
Volví a llorar desenfrenadamente. Pensé en mi hija Michelle, cercana a la edad de esta niña. Pensé en mi hijo. En todo el horror que estamos viviendo en México. ¿Qué demonios estamos haciendo las mujeres?. Hay muchos feminicidios, pero ¿Quién educa a esos hombres?, ¿Qué les han enseñado sus madres para no respetar a las mujeres?, ¿Qué sucede en la mente de muchos mexicanos que aprovechan la ocasión para hacer daño? Este compañero que sacó el dinero de mi cartera, no los necesitaba. Gana muy bien. Se le hizo fácil, aprovecho mi descuido para robar. El otro hecho, que mi jefa no me apoye como mujer es inaudito, es doloroso, es abominable. No me alcanzan los adjetivos para describirla.
Qué está sucediendo para que no respetemos al otro. Si vemos alguien vulnerable no asumamos el compromiso de cuidarlo, al contrario, aprovechamos para ABUSAR. Pienso mucho en el conductor de la combi. Por qué no actuó en protección de la niña. Sino todo lo contrario. Usó el momento para dañar a la menor.
¡La descomposición social es tremenda! Lo vivo todos los días en las noticias, con mi jefa, con mis compañeras el poco apoyo que hay entre nosotras y como al mismo tiempo fomentamos el machismo en nuestro trabajo, en la casa, haciendo diferencias entre los hombres y mujeres. Maltratando a las de nuestro género. ¿Dónde está el valor del respeto al otro por el siemple hecho de ser persona?, ¿Dónde está el sentido de proteger a los niñ@s?, ¿De considerar cuándo el otro se descuida?, ¿En que momento todo es al reves aqui?
Vivir a la defensiva no es vivible, no estoy dispuesta a vivir protegiendo del mal de los hombres, de la corrupción de mi jefa, de su egoísmo, de su falta de humanidad, No sé qué hacer … Hoy estoy desecha por el tan devastador país que estamos viviendo.
Qué ironía, las dos son mujeres quiero matar a mi jefa, quiero abrazar a la mamá de Valeria…