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Acoso Sexual


acoso laboral puntoencomun

Buenos días a todos, les presento a Bruno Gómez, el nuevo director general de la empresa, quien estará tomando el control de la organización a mi retiro - dijo el Ceo.

Su apariencia delgada, poco serio y su estatura promedio, bien vestido me hicieron ver a Bruno como un tipo totalmente inofensivo y hasta simpático.

Las siguientes 3 semanas transcurrieron normales, excepto en los momentos que merecían un festejo.

En el área de ventas celebrar con abrazos y choques de mano por un cierre largamente esperado o la cita que anhelábamos siempre es motivo de gozo. Fue entonces, en un inocente abrazo que sentí como la mano de Bruno se deslizó suavemente por mi espalda y se estacionó por unos segundos en la cúspide de mi trasero.


De inmediato me separé para tratar de descubrir en sus ojos la más pequeña señal de disculpa, pero en esos segundos no noté absolutamente un racimo de pena o culpa y por la vergüenza y el miedo yo tampoco dije nada. Regularmente respondo a la agresión con parálisis, solo me marché a sentarme a mi lugar, pensando que había sido un accidente y ya.

A la siguiente semana, en otro momento, hubo otro abrazo, volviendo a suceder lo mismo, un toqueteo en mi trasero, mi parálisis y mi silencio, excepto por mi promesa de no volver a darle ni recibirle ningún abrazo y regañarme interiormente, culpándome por el incidente.

Sin embargo, sucedió una tercera vez y no en un abrazo. Fue tan simple, que todavía me siento estúpida.

Bruno llegó a mi lugar solicitándome revisar el estatus de un cliente. Yo estaba sentada frente a mi escritorio, me levanté para abrir el archivero donde guardaba los expedientes de todos los clientes, extraje el que necesitábamos, mientras tanto Bruno arrastró la silla que estaba frente a mi escritorio y la colocó alineada con la mía.


Recuerdo que caminé hacia mi lugar abriendo el folder y mientras leía distraídamente las órdenes de compra me senté confiadamente en mi silla y entonces sentí la mano extendida de Bruno totalmente bajo mi trasero.


Ese día renuncié.

 

Aunque en los últimos años más mujeres ingresan al mercado laboral y ocupan puestos estratégicos en las empresas, todavía muchas siguen expuestas a las brechas de género, a la desigualdad de oportunidades laborales, pero sobre todo, al acoso sexual en su centro de trabajo.

De acuerdo a cifras de la ONG, 3 de cada 10 mujeres son víctimas de este hostigamiento. Aunque la cifra podría elevarse, ya que, lamentablemente la mayoría no denuncia por temor a represalias.

Si eres víctima de acoso sexual ¿Qué debes hacer?


Busca pruebas

El acoso sexual laboral es un delito tipificado en la Ley y debes denunciarlo sosteniendo tu dicho con pruebas: mensajes de texto, audio, video. Si no las tienes es muy difícil que se persiga.

Además de los tocamientos indebidos, son actos de acoso sexual el uso de términos sexuales (escritos o verbales), las insinuaciones (como gestos obscenos, invitaciones reiteradas para encuentros), los mensajes con contenido sexual (llamadas telefónicas, mensajes o imágenes) y las bromas obscenas (preguntas, chistes o piropos).

Denuncia

La persona afectada debe denunciar el hecho dentro de los 30 días posteriores al acoso sexual ante Recursos Humanos para evitar tergiversaciones. La mejor forma es hacerlo por escrito. Igualmente puede presentar a Recursos Humanos su cese por hostilidad, indicando los datos del acosador o dar por terminado el contrato de trabajo y exigir el pago de una indemnización mediante una demanda judicial.

Rol de la Empresa.

Todas las empresas deben incluir en sus reglamentos los procedimientos que seguirán ante una denuncia de acoso sexual. Penando al jefe o empleado que encubra este tipo de conductas, pudiendo ser sancionado por complicidad con multas acordes a esta falta.

Desde el 2007 el acoso sexual laboral es perseguido por la Ley General de Acceso a las Mujeres a una Vida Libre de Violencia, por lo que las personas acosadas deben revisar los artículos 10, 13 y 15 que las y los protegen e igualmente revisar las penas que la misma Ley impone a quien comete este delito.

También los hombres pueden ser víctimas. Si tienes una historia que quieras compartir escríbenos: tania@puntoencomun.com


También los hombres pueden ser víctimas. Si tienes una historia que quieras compartir escríbenos: tania@puntoencomun.com

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